lunes, 2 de agosto de 2021

Acido Hialuronico

 Una de las demandas más habituales de tratamientos en los pacientes que acuden a consulta son aquellos dirigidos a la mejoría de la calidad de la piel y la prevención del envejecimiento cutáneo.

Para tratar este tipo de problemas podemos actuar mediante cremas a nivel tópico, en la parte superficial de la piel; o bien hacer tratamientos más efectivos, inyectables, que se realizan en la misma consulta.

Y aunque algunos productos en ocasiones se vuelven populares para luego decaer o pasar a un segundo plano, la investigación ha demostrado que los beneficios del ácido hialurónico no son pasajeros ni fruto de una moda.

El ácido hialurónico es un polisacárido (un tipo de azúcar que se sintetiza en laboratorio), totalmente compatible con nuestro organismo. Hoy en día es el material de relleno más seguro que existe. Compatible y versátil, este material se utiliza principalmente en la cara, pero se puede aplicar en cualquier zona del cuerpo.

 Una de sus propiedades más importantes es la capacidad para atraer y retener el agua, lo que hace que esos tejidos se mantengan en buenas condiciones.

Ocurre sin embargo que en el proceso de envejecimiento su presencia en el organismo disminuye progresivamente y como consecuencia, la piel pierde hidratación, elasticidad y firmeza, tornándose más flácida y abriendo así la puerta a la aparición de arrugas. De hecho hay que señalar que a la edad de 50 años en nuestro organismo solo quedará aproximadamente la mitad del ácido hialurónico corporal.

Las aplicaciones más frecuentes son para realzar los labios y pómulos, para corregir o aumentar la región del mentón y de las sienes, definir el ángulo de la mandíbula o rellenar arrugas profundas de tipo no dinámico.

También podemos modificar la nariz de forma no permanente corrigiendo distintas alteraciones estéticas (rinomodelación).

Para corregir las arrugas de expresión es más prioritaria la utilización del botox o toxina botulínica. 

El ácido hialurónico se presenta en cuatro densidades que se utilizan dependiendo de la profundidad en que se vaya a inyectar. El hialurónico de alta densidad se utiliza  en profundidad, como en el mentón y pómulos.  El hialurónico  de menor densidad es para las arrugas finas.


BENEFICIOS:

Combate las arrugas

Humectante e hidratante, junto al colágeno que crea, el ácido hialurónico mantiene el líquido necesario para que la piel no pierda su firmeza.

Ayuda a la salud de los ojos

Mantiene la humedad del contorno ocular, favorece el intercambio de nutrientes y trabaja como lubricante. Además, reduce y previene manchas y problemas de pigmentación de la zona de las ojeras producidas por el envejecimiento, estrés o falta de sueño.

Aporta volumen a los labios

Su presencia mantiene nuestros labios humectados, firmes y les otorga el volumen deseado.

Hidrata y reafirma la piel

El ácido hialurónico asegura la hidratación permanente de la piel ya que al tener propiedades hidratantes, facilita la atracción y retención de agua en las dos capas de la piel: la epidermis y dermis.

Mantiene lubricadas las articulaciones

El líquido sinovial que está formado por el ácido hialurónico es el que se encarga de lubricar las articulaciones.


Aproximadamente el 50% del ácido hialurónico se encuentra en nuestra piel, que es nuestro órgano más grande. El ácido hialurónico es vital por tanto para nutrir e hidratar el colágeno, que es el encargado de dar firmeza a la piel. Cuanta más concentración de ácido hialurónico más joven, suave y elástica se mantendrá nuestra piel. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

loading...