La fisioterapia es una rama de la ciencia de la salud dedicada a garantizar el correcto desarrollo o recuperación de las funciones referentes a los sistemas del cuerpo humano, cuya acción repercute en la cinética corporal. Esta disciplina tiene lugar cuando la persona ha perdido o está en riesgo de perder la movilidad total o parcial del área afectada, a través del empleo de diversas técnicas científicamente probadas.
La gran mayoría de las personas saben bien cuales son las funciones de un médico, un dentista o un enfermero. No obstante, la población tiende a ignorar o subestimar la función de los expertos en fisioterapia, osteópatas, nutricionistas haciéndose una imagen errada sobre en qué consiste su trabajo.
Áreas de intervención de la fisioterapia
El soporte ofrecido por la
fisioterapia puede ser incluido en casi cualquier especialidad médica, pero las más comunes son:
Traumatología y ortopedia: ideal como tratamiento para ayudar en casos de fracturas, contracturas, tendinitis, esguinces, recuperación postoperatoria, entre otros.
Reumatología: prescritas como terapias específicas para artritis reumatoide, artrosis, fibromialgia, etcétera.
Fisioterapia del deporte: empleada en la prevención y tratamiento ocurridas por lesiones deportivas.
Pediatría: indicadas para los trastornos del desarrollo psicomotor, por ejemplo, parálisis cerebral (enfermedad motora de origen cerebral) y espina bífida.
Neurología: pacientes que hayan sufrido de lesiones medulares, esclerosis múltiple, traumatismo craneoencefálico, hernias discales, enfermedad de Parkinson.
Técnicas y tratamientos avanzados como el drenaje linfático, electroterápia, posturología, yoga, pilates, hipopresivos,etc.
Además este tipo de profesionales cuentan con unos requisitos únicos que los hacen ser considerados como buenos terapeutas:
Destreza y práctica en los tratamientos manuales. Aunque el auge de la tecnología haya dejado un poco atrás las técnicas manuales, la finalidad del fisioterapeuta sigue basándose en la manipulación manual de las enfermedades de los pacientes.
Empatía, tacto y delicadeza. Como ya se mencionó anteriormente, las habilidades sociales son claves para desarrollar y mantener una buena relación con el paciente.
Sentido de responsabilidad y compromiso. El objetivo del fisioterapeuta siempre estará determinado por la prevención, recuperación y seguimiento del paciente.
Emanar confianza. Los fisioterapeutas son los encargados de restaurar la fuerza y movilidad de sus pacientes. Por lo tanto, las personas a quienes traten deben sentirse completamente cómodos y seguros.
Facilidad para trabajar en equipo. El día a día los fisioterapeutas consiste en trabajar en equipo, ya sea con sus colegas u otros profesionales sanitarios.
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