Los niños con buen estado general, bien hidratados, en los que se han descartado las causas graves y que, por lo tanto, no necesitan cuidados específicos pueden tratarse en casa teniendo como principal objetivo evitar la deshidratación.
Es aconsejable utilizar pautas por escrito que ayuden a los padres:
– Se ofrecerán pequeñas cantidades y frecuentes de líquidos azucarados (zumos, agua, leche) o de soluciones de rehidratación comercializadas, aproximadamente, una cucharada cada 5 minutos aumentando la frecuencia paulatinamente.
– Si el niño sigue vomitando, se puede esperar una hora –en niños mayores incluso más tiempo– sin tomar nada y después se reiniciará la tolerancia.
– No se deben usar soluciones caseras (limonada alcalina) ya que existen frecuentes errores en la preparación que pueden tener consecuencias graves.
– Cuando el paciente tolere el líquido se le ofrecerá comida –tomas frecuentes y pequeñas–
- Nunca se le forzará a comer.
Otras medidas terapéuticas | |
Líquidos y electrolitos |
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Dieta |
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