Llega el buen tiempo y aquí van las preguntas más habituales que me hacéis:
1. ¿Puedo ir a la playa con el bebé?
Habitualmente no recomiendo ir a la playa a los bebés menores de 6 meses, salvo a última hora del día a dar un paseo antes de la cena.
Los niños pequeños, especialmente los lactantes, son muy sensibles a la radiación solar. Se queman con facilidad y corren riesgo de deshidratarse.
Además, no olvides que uno de los principales motivos por los que vamos a la playa es para disfrutar y pasarlo bien; dudo mucho que un bebé de 3-4 meses disfrute al sol y rodeado de la tan incómoda arena… ¿No crees?
2. ¿Qué crema de protección solar le pongo?
Existen dos tipos de protectores soleres:
- Filtros físicos/minerales
- Filtros químicos/orgánico.
Los filtros físicos son los recomendados durante los primeros 6 meses. Reflejan la radiación en la piel (sobre la crema) sin penetrar en ella. Y son activos desde el mismo momento en que los aplicas.
Tienen el inconveniente de que al ser una pantalla física sin química ninguna, la cosmética de los productos no es tan buena por lo que os daréis cuenta que es como una pasta espesa, en ocasiones, difícil de extender en la piel. No son tan resistentes al agua y debes repetir la aplicación más frecuentemente que con los químicos. Aún con todo, son los adecuados si tu hijo tiene menos de 6 meses.
Los filtros químicos han de tener una protección igual o mayor a 30 y ser infantiles. Actúan 20 minutos después de su aplicación, por lo que no esperes a llegar a la playa para ponérselo. Además, si se lo pones en la playa, entre el ímpetu que le ponemos las madres en untarles de crema y las ganas que tienen ellos de salir corriendo, el estado de “croqueta” está asegurado. ¡Un desastre!
Procura elegir el protector “resistente al agua”, aún así cada 2-3 horas conviene volver a echar.
¿Con la crema es suficiente?
Pues depende de la edad.
En los lactantes, incluso hasta los 2-3 años, siempre recomiendo cubrir su cabeza con un gorrito y a ser posible con ropa fresca, de algodón y clara. Los rayos UV atraviesan la ropa por lo que la crema protectora siempre es necesaria. Utiliza colores claros, ropa de algodón holgada y huye de las prendas oscuras y ceñidas.
En los más mayores preocúpate de echarles crema cada 2-3 horas y de no perderles de vista.
Fundamental: Ofréceles agua con frecuencia aunque no te la pidan. Mantener una buena hidratación es importante. Y si te llevas un buen recipiente con trocitos de sandía fresca, mejor que mejor. Matamos dos pájaros de un tiro: les hidratamos y además se beneficiarán de las vitaminas de la fruta fresca.
¿Cuál es la mejor hora para ir a la playa?
Evita las horas de máximo calor: 12-17h. Los niños, como los jubilados que a primera hora ya están en la playa más contentos que unas castañuelas y a las 12.30 suben al apartamento a preparar la comida.
Mi hora preferida es la tarde: después de comer y de la sobremesa (o de la siesta si ha habido suerte!). El sol está cayendo, no hace calor, los niños juegan y corren libremente, nosotros los mayores podemos estar tranquilamente vigilándoles sin morir achicharrados de calor y al llegar a casa… ducha, cena y a dormir como angelitos. Ya os habréis dado cuanta que no hay mejor sedante que ir a la playa. ¡Caen rendidos!
Así que disfruta del verano, ve a la playa, toma las medidas oportunas y juega con ellos,…juega mucho.
Disfruta, salta las olas con tus hijos, báñate con ellos… que pronto crecerán, tendrán sus amigos y preferirán hacer de todo menos bajar a la playa con su madre y el “taper” de sandía.
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