1.- Cuando el Doctor colombiano Lombana Barreneche , ya entrado en años, llegó a dictar su clase en el Claustro de Santa Inés y al hacer un esfuerzo para subir unos escalones se le salió un sonoro flato que produjo una sonora carcajada entre los estudiantes, como buen costeño no se inmutó por lo sucedido; se volvió a ellos y con cierto humor les grito: Señores lo que perdí en prestigio lo gané en salud.
2.- Un profesor que visitaba las salas del hospital con sus alumnos, les decía: He aquí, señores, un caso que, por ahora, no podemos diagnosticar; por fortuna, sabremos muy pronto lo que tiene al hacerle la Autopsia.
3.- Durante una consulta médica:
Querido doctor: Ayer estuve no sé dónde; de pronto me atacó no sé qué cosa, y de momento no puedo decir lo que tengo; pero me siento muy mal.
El doctor contestó: Vaya al farmacéutico, compre no sé qué, tomelo no sé cuántas veces al día y se curará no sé cuándo.
4.- Una muchacha consulta en la guardia de un hospital. –No puede ser, me duele mucho aquí, me duele mucho aquí- y se señala el bajo vientre. El médico la revisa, la interroga y empieza a sospechar un posible embarazo. Le hace el test y da positivo. Así que le dice: -Mire, usted está embarazada ¿Sabe quién es el padre de la criatura? -¡No, Doctor! ¡¿Quién es, quién es?!.
5.- El médico toma la historia clínica del paciente, al que ha de revisar por primera vez, y se entera de que tiene problemas en la próstata.
¿Así que usted es prostático?
No Doctor, ¡siempre he sido y soy metalúrgico!.
6.- El síndrome de Munchausen: Es un síndrome psicopatológico definido como un deseo irrefrenable de recibir asistencia médica, que se acompaña de fabulación, comportamiento anárquico y patomimia. El caso más famoso de la historia fue el protagonizado por el inglés William McIlroy (1906-1983), que consiguió ser intervenido quirúrgicamente 400 veces. Estuvo internado en 100 hospitales distintos, bajo 22 nombres falsos; el mayor periodo de tiempo que permaneció sin hospitalizar desde que se le desarrolló este síndrome fue de seis meses.
7.- Un joven se presentó ante Virchow (el fundador de la Patología Celular) para examinarse por tercera vez sin obtener mejores resultados que las anteriores, pero el profesor estaba de un humor caritativo: Bueno, hay tantos médicos inútiles por ahí... está aprobado!.
8.- Alexander Fleming, descubridor de la penicilina (1928) y Premio Nóbel de Medicina (1945), tenía, como buen británico, un humor muy particular. En los primeros años cincuenta, cuando se encontraba en la cumbre de su carrera, eran muchos los alumnos aventajados que deseaban trabajar con él. A muchos de ellos les sometía a diversas pruebas, sin que ellos lo supieran, para valorar su grado de preparación.
En una ocasión entró en su laboratorio con uno de estos alumnos y, tras recorrer algunos pasillos entre centenares de pipetas, probetas, alambiques de cristal, mecheros de alcohol, etc., se pararon frente a una pequeña cazuela colocada encima de un pequeño infiernillo. Aunque tenía la tapadera puesta, el vapor y algunas burbujas escapaban por los bordes. El doctor Fleming preguntó a su acompañante:
- ¿Sabría usted decirme qué tenemos aquí?
- El alumno comenzó a repasar mentalmente una larga lista de bacterias y contestó:
¿Estafilococos?
No.
¿Estreptococos?
No
¿Neumococos?
No. - Fleming un poco desilusionado, insistió - : ¿No lo sabes?
No, señor - contestó el alumno.
Fíjese bien. Es una humilde cazuela con café.
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