No todos los hombres se sienten igual a cerca de la pérdida del cabello. Muchos lucen calva sin ningún tipo de complejos, completamente seguros de su imagen. Para otros, especialmente los más jóvenes, ver cómo se les cae el cabello puede suponer un verdadero problema con consecuencias emocionales. Desde baja autoestima hasta ansiedad, la progresión rápida de la alopecia puede suponer un fuerte impacto.
Una de las soluciones a nuestro alcance es el trasplante capilar, un tratamiento quirúrgico de carácter ambulatorio, que transfiere a las áreas despobladas folículos sanos que no están afectados por la hormona que provoca la caída, con el objetivo de recuperar la confianza en sí mismos y volver a reconocerse en el espejo.Se realiza a través de una pequeña intervención quirúrgica prácticamente indolora. Hay que destacar que el factor sexo es determinante ya que la alopecia del hombre se concentra en unas zonas determinadas mientras que en las mujeres suele afectar a varias zonas.
Veamos cuáles son los pros y contras del injerto capilar.
Este tratamiento capilar no es recomendado en personas que sufran de problemas cardíacos, diabetes o alguna otra enfermedad que comprometa seriamente su salud.
- Es un método altamente positivo y con grandes probabilidades de éxito para los hombres en zonas donde antes eran alopécicas.
- Es prácticamente indoloro, aunque se realiza quirúrgicamente se hace bajo anestesia local y el proceso postoperatorio no duele.
- Promueve el crecimiento de nuevo cabello a partir de tres meses con raíces fortalecidas.
- Hay técnicas especiales como la FUS (Folicular Unit Strip Surgery) donde pueden cubrir alopecias.
- No precisa un tratamiento futuro.
- Puede ser que muchos cabellos implantados no lleguen a progresar, aunque los que sí lo logran, no se caerán luego de un tiempo.
- Requiere de cirugía, lo que a muchas personas no les gusta y el tiempo de recuperación va de los 10 días alas 3 semanas.
- Si no se tiene un correcto cuidado postoperatorio pueden aparecer infecciones.
- Las mujeres tienen menores probabilidades de éxito, en comparación a los hombres.
- Pelos delgados y lisos se verán menos densos que los pelos gruesos o rizados.
- No es recomendable aplicarla en pacientes jóvenes, entre los 18 – 30 años.
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