María Montessori fue una profesora, pedagoga,educadora y psicóloga que entre otros méritos que dejó como legado un método y filosofía educativa utilizada por millones de personas en el mundo.
El método Montessori se sustenta en los principios de respeto y confianza en las habilidades del niño. Básicamente consiste en observar al niño, darles completa libertad para aprender y desarrollarse por sí solos creando el entorno adecuado para que pueda explotar su máximo potencial. Y es que cada niño es diferente por lo que se favorece el aprendizaje de forma autónoma a medida que desarrolla sus capacidades.
Asimismo, Montessori le otorgaba un papel orientador fundamental a los adultos, y en especial a los padres, considerándolos como los guías principales del niño, las personas responsables de mostrarle su entorno y las potencialidades que existen en él. Inicialmente este método fue creado con fines académicos y con el estado de pandemia donde se ha pasado mucho tiempo en casa ha ganado terrero en el ámbito familiar, recurriendo muchos padres a algunas de sus herramientas para aplicarlas a la educación de sus hijos.
Formas de aplicar la filosofía Montessori en casa:
Crear una zona de juegos: debemos crear espacios delimitados, en la medida de lo posible en la que el niño tenga sus cosas de juegos, libros en una zona, o una mesa con material para pintar o manipular. Es importante que orientemos al niño para que termine una actividad antes de comenzar la siguiente. Y todo ha de estar al alcance de su mano para poder gestionarlo sin la ayuda de un adulto.
Estimularle los sentidos: familiarizar al niño con texturas, tamaños, formas, pesos, sonidos, calor/frío, elementos como la madera, tela de tal manera que se estimulen al máximo sus sentidos.
Autonomía personal: hacerlo partícipe de las tareas de la casa adaptando el entorno para facilitarles la autonomía. Tales tareas pueden ser: regar las plantas,ayudar en la preparación de la comida, colocación de cubiertos y vasos en la mesa, colocación de la ropa, poner la lavadora, recoger sus juguetes, libros para que el niños pueda hacerlos por sí solos. Es importante implantarles una rutina de organización.
Confianza y seguridad: para que el niño gane confianza en sí mismo y tenga una buena autoestima es necesario animarle y aplaudirle es sus logros. Acepta sus ideas y opiniones con frecuencia para que aprenda a sentirse bien consigo mismo. Motívalo en las tareas cotidianas para que gane seguridad.
Evitar premios y castigos: no se debe recompensar la buena conducta ni castigar la mala. El niño ha de aprender que ha de hacer las cosas por la satisfacción que proporciona hacerlas y no para obtener un premio. De la misma manera, en lugar del castigo, se trabaja la consecuencia educativa, es decir, en lugar de prohibir, enseñar lo que ocurre con las malas acciones. En cada unas de las actividades que realicemos en casa tenemos que tener en cuenta lo que se conoce como 'control de error', es decir, dejar al niño el espacio para que se de cuenta de si lo ha hecho correctamente o no sin que le corrijamos.
Los adultos hemos de mostrar la mejor versión de nosotros, estar siempre receptivos a escucharlos, echarles una mano cuando la necesiten pasando desapercibidos cuando encuentren las respuestas por sí solos. Evitar ridiculizarlos, ser hostiles y sobre todo respetarlos. Recordar que somos los modelos a seguir.
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